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A medida que más personas buscan información sobre el impacto ético y ambiental de sus elecciones alimentarias, examinamos si comer salmón de criadero o salvaje es más ético o si ambos son tan problemáticos que deberíamos optar por algo completamente diferente.
Salmón de Criadero vs. Salmón Salvaje
Aparte de las diferencias bien documentadas en el color entre el salmón de criadero y el salvaje, lo que significa que las piscifactorías agregan colorantes artificiales a los alimentos para volver rosada la carne de los peces, ¿qué más deberíamos saber sobre cómo funcionan estos dos sistemas? Pues bien, ambas son malas noticias para los salmones: en los criaderos viven en condiciones típicas y horribles de las granjas industriales; en el mar, no hay regulaciones que protejan su bienestar. Y en cuanto a lo que significan estos sistemas en términos de contaminación, exterminio de vida silvestre y nuestra propia salud, es difícil decir cuál es peor.

¿Qué es el salmón de criadero?
Debido a que los océanos están siendo diezmados rápidamente por la industria pesquera, se crían cada vez más salmones en granjas industriales, mantenidos en unidades intensivas donde cientos de miles de peces se hacinan en corrales suspendidos. Los peces sufren estrés y enfermedades de la misma manera que otros animales criados en granjas industriales. También hay un alto costo ambiental, ya que las aguas alrededor de estas granjas se contaminan con sus desechos y se infestan con piojos de mar y los productos químicos usados para tratarlos. Esta contaminación amenaza especies silvestres y ecosistemas enteros. Pero primero, empezaremos con las implicancias para nuestra propia salud así como para la salud pública.
Antibióticos
Como muchos animales obligados a soportar condiciones miserables en granjas industriales, los salmones se enferman. Para tratar de prevenir esto (y también para promover un crecimiento más rápido) se usan antibióticos. El problema no es tanto que los ingerimos al comer el pescado, sino que el uso excesivo de antibióticos hace que estos dejen de funcionar y surjan patógenos resistentes. Este ya es un problema grave: aproximadamente mueren 35.000 personas cada año y 2.8 millones se enferman, solo en Estados Unidos. Si les sumamos las víctimas del resto del mundo, el número sube exponencialmente. El impacto de estas “superbacterias” solo empeorará si seguimos desperdiciando antibióticos en sostener las fallas de las granjas industriales.
Químicos cancerígenos
Investigaciones muestran que comer salmón de criadero puede aumentar nuestra exposición a dioxinas. Estas son contaminantes ambientales que se acumulan en el tejido graso del pescado. Así, el aceite de pescado que nos recomiendan tomar por el omega-3 puede estar albergando este contaminante perjudicial. Según la OMS: “Las dioxinas son altamente tóxicas y pueden causar problemas reproductivos y de desarrollo, dañar el sistema inmunológico, interferir con las hormonas y también causar cáncer”. Además, suprimen el sistema inmune, lo que aumenta nuestro riesgo de contraer infecciones.
Un estudio reciente mostró que el salmón salvaje tenía incluso niveles más altos de dioxinas que el salmón de criadero. De forma más general, la OMS indica que los alimentos con mayores niveles de dioxinas son: productos lácteos, carne, pescado y mariscos, y que “los niveles muy bajos se encuentran en los vegetales”.
Contaminantes riesgosos
El salmón también contiene BPC (bifenilos policlorados) y pesticidas. La investigación ha encontrado que el salmón salvaje contiene incluso niveles más altos que el de criadero. Los BPC son químicos industriales altamente tóxicos que permanecen en el ambiente y se acumulan en la carne del pez, y luego en las personas que los consumen. Se cree que causan cáncer, y pueden afectar el sistema inmune y el cerebro. Suponen riesgos serios para fetos, bebés y niños pequeños. A pesar de haber sido prohibidos hace décadas, los BPC están tan extendidos que se encuentran en todo, desde productos lácteos hasta agua potable, aunque los niveles más altos se hallan en el pescado.
Nuestras aguas están tan contaminadas que se ha descubierto que tanto el salmón salvaje como el de criadero están contaminados con muchos pesticidas, incluidos DDT, toxafeno, dieldrina, lindano, clordano, hexaclorobenceno y mirex. Los CDC indican: “Los efectos en la salud humana del DDT en dosis ambientales bajas son desconocidos. Tras una exposición a altas dosis, los síntomas pueden incluir vómitos, temblores o convulsiones”.
Contaminantes inseguros
El mercurio es descrito por la Agencia Europea de Medio Ambiente como “una amenaza persistente para el ambiente y la salud humana”. Aunque el mercurio natural no se considera muy riesgoso, las actividades humanas han liberado grandes cantidades al ambiente, y el mercurio en el agua es la principal preocupación. Es altamente tóxico y se acumula en la carne del pescado. Incluso pequeñas cantidades pueden tener efectos graves en el sistema nervioso, digestivo e inmune, y afectar el desarrollo de bebés. El consumo de pescado es la principal vía de exposición, y se prevé que los niveles oceánicos aumenten con el calentamiento global.
Contenido nutricional
Es difícil precisar el contenido nutricional del salmón, ya que depende de lo que comen. El salmón salvaje se alimenta de pequeños invertebrados, mientras que el de criadero come comida procesada (a menudo con soja de tierras deforestadas). En general, los nutrientes que se asocian al salmón —proteína, omega-3, selenio y vitamina D— también pueden encontrarse fácilmente en una alimentación basada en plantas, sin contaminantes.
Contenido de grasas poliinsaturadas
Las grasas poliinsaturadas incluyen ácidos grasos esenciales omega-3 y omega-6. Sí, el salmón contiene estos, ¡pero también otros alimentos! El omega-6 se encuentra abundantemente en alimentos de origen vegetal, y es perfectamente posible obtener todo el omega-3 que necesitamos: nueces, semillas de chía y lino, porotos de soja, aceite de canola… ¡No es difícil en absoluto!

¿Es malo para ti el salmón de criadero?
Hay muchas razones para preocuparse por el consumo de salmón criado en granjas industriales, desde los contaminantes hasta los antibióticos y los metales pesados. ¿Lo comeríamos? No, no lo haríamos. Y tampoco comeríamos salmón capturado en estado salvaje.
¿Cuáles son las preocupaciones medioambientales?
No solo nuestra salud puede verse afectada por el consumo de salmón; también existe un riesgo importante para el medio ambiente. La cría de salmón destruye los ecosistemas marinos mediante la contaminación y las infecciones parasitarias, con un costo global estimado de 50 mil millones de dólares entre 2013 y 2019. Pero pescar salmones silvestres no es la solución, ya que esto también contribuye a la contaminación plástica de los océanos y al cambio climático.
Escapes
Los peces mantenidos en criaderos industriales escaparán si pueden. En 2017, más de un cuarto de millón de salmones lograron escapar de su jaula en una granja en Washington y llegaron al mar. Se calificó como un “desastre”. No fue la primera vez, ni siquiera la primera vez ese año, que ocurrió algo así. Cuando los peces de criadero escapan, pueden competir con la fauna local y transmitir enfermedades a los salmones salvajes y otros animales. Es un problema ecológico serio, aunque no podemos culpar a los peces. ¿Quién no intentaría escapar de una granja industrial miserable si tuviera la oportunidad?
Contaminación
Un informe de 2021 descubrió que los alimentos no consumidos y las heces de los peces criados en granjas son contaminantes graves de las aguas donde se encuentran las jaulas de salmón. El informe de Just Economic afirma: “Las actividades de acuicultura son una parte interconectada del ecosistema en el que existen, y las granjas de salmón utilizan servicios ecosistémicos costeros ‘gratuitos’ como agua limpia, temperaturas adecuadas, niveles de nutrientes, etc. También contribuyen a su deterioro.”

Piojos de mar
La cría de salmón se concentra en Chile, Noruega, Canadá y Escocia. Solo en Escocia, la mortalidad de los peces se cuadruplicó entre 2002 y 2019, y al menos una quinta parte de las muertes de salmón se atribuyen a los piojos de mar. La infestación de piojos es terrible para los peces, que son efectivamente devorados vivos por estos parásitos. Uno de los factores principales de esta situación es el hacinamiento y las malas condiciones de las granjas de peces.
Transmisión de enfermedades
Con las jaulas ubicadas en aguas silvestres, es muy fácil que los piojos y enfermedades se transmitan de los peces de criadero a los salvajes. El tratamiento más común involucra químicos agresivos. Investigadores en un estudio reciente en Chile dijeron: “Los fármacos utilizados actualmente para el control de los piojos de mar (cipermetrina, deltametrina, azametifos, peróxido de hidrógeno) se aplican mediante tratamientos de inmersión in situ, cerrando las jaulas con lonas y luego bañando a los peces con el producto. Después del tratamiento, los productos farmacéuticos se liberan al medioambiente circundante, exponiendo a especies no objetivo.”
Contaminar así las aguas no es aceptable. Y estos productos químicos se han usado tanto que los piojos ahora están desarrollando resistencia.

Destrucción de ecosistemas marinos
Quienes compran salmón de criadero creyendo que así protegen los océanos están tristemente equivocados. No solo se liberan enfermedades y químicos al agua, afectando a las poblaciones salvajes, sino que alrededor del 20% de todos los peces salvajes capturados se destinan a alimentar peces criados en granjas. En África Occidental, los bancos de sardinas están siendo explotados en exceso, y se teme que la población colapse en los próximos años. Los titulares hablan de empresas globales que “saquean África”. Un pescador local a pequeña escala dijo: “En cuatro o cinco años no quedará ningún recurso pesquero; las fábricas cerrarán y los extranjeros se irán. Nosotros nos quedaremos aquí sin peces.”
Cambio climático
Mientras que la cría industrial de salmón representa un problema serio para el medioambiente, elegir salmón capturado en estado salvaje trae sus propios problemas importantes. La pesca comercial es una actividad irresponsable: no puede dirigirse a una sola especie y captura cualquier animal que se cruce. A esto se le llama “captura incidental”. Se sabe que embarcaciones que pescan salmón capturan y matan a marsopas, ballenas y otras grandes criaturas marinas. Es trágico para esos animales y también tiene un impacto más amplio.
Un estudio de 2019 del Fondo Monetario Internacional (FMI) descubrió que proteger a las grandes criaturas marinas es aún más importante que plantar árboles para evitar el colapso climático, porque estos animales acumulan carbono en sus cuerpos durante sus largas vidas. Cuando mueren, ese carbono se deposita en el fondo del océano, donde se almacena durante siglos. Pero la industria pesquera mata millones de estos animales “accidentalmente” como captura incidental cada año.
Otra forma en que la industria contribuye al cambio climático es mediante las embarcaciones de arrastre que rastrillan el lecho marino, destruyendo ecosistemas enteros y liberando aún más carbono. La industria pesquera global daña el clima tanto como toda la industria de la aviación, según un estudio de 2021.

Contaminación plástica
La mayor parte del plástico en el océano proviene de la industria pesquera. Esto causa la muerte de innumerables animales, incluidas cientos de miles de tortugas bobas en peligro y tortugas laúd críticamente amenazadas, que se ahogan cada año atrapadas en palangres, redes de arrastre, redes agalleras y más, todo descartado descuidadamente por la industria. De forma alarmante, esto no parece mejorar. Un estudio encontró que el plástico oceánico podría triplicarse para 2040 y superar en número a los peces para 2050.
¿Qué tan ética es la cría de salmón?
No creemos que un sistema de producción de alimentos que causa un daño tan grave a los animales y al medioambiente pueda considerarse ético.
¿Qué podemos hacer?
La mejor forma de proteger los océanos es con pequeños cambios en nuestras elecciones alimentarias. Puedes obtener todos los nutrientes que necesitas y todos los sabores que amas de los alimentos de origen vegetal. Para quienes disfrutan del sabor del pescado, hay muchos productos veganos que lo reemplazan, incluido salmón vegetal que tiene el típico sabor a alimentos del mar.
Conclusión
El daño causado por el sistema alimentario corporativo global al planeta, a los animales (salvajes y de criadero), y a nuestra propia salud, es significativo. Podemos construir un sistema mejor: uno que alimente al mundo, proteja los espacios silvestres y sea bueno para nuestro bienestar, pero no podemos confiar en que una industria tan irresponsable cambie por sí sola. Podemos, sin embargo, impulsar un cambio positivo con nuestras propias decisiones, y podemos comenzar de inmediato, eligiendo alimentos de origen vegetal siempre que tengamos la posibilidad y la oportunidad.