¿Por qué es tan difícil dejar el queso?

“Nunca podría dejar el queso.” Es una frase que todas hemos escuchado y que muchas personas han dicho, pero ¿qué tiene el queso que nos cuesta tanto dejarlo? Aquí exploramos algunos de los efectos físicos y neurológicos de consumir este alimento ultraprocesado, y revelamos cómo podemos liberarnos de su atracción de una vez por todas.

La triple amenaza del queso

Hay tres componentes del queso que nos hacen volver por más, incluso cuando queremos evitarlo. El primero es su alto contenido de grasas saturadas, que actúan sobre el intestino y desencadenan un deseo profundo de consumir más del mismo alimento.

Como si eso no fuera suficiente, la mayoría de los quesos contienen una gran cantidad de sal, lo que los hace altamente adictivos. El contenido promedio de sal en quesos duros ronda los dos gramos por cada 100 g, lo que equivale a un tercio del límite diario recomendado.

Una sola rebanada de queso contiene el 21% del límite diario de sodio.

El tercer elemento problemático es la caseína, una proteína que el cuerpo descompone en casomorfinas, una clase de opioides.

¿Qué le hace el queso a nuestro cerebro y cuerpo?

El centro de recompensa de nuestro cerebro libera dopamina cada vez que comemos alimentos grasos y salados como el queso. Esta retroalimentación positiva era esencial para la supervivencia cuando los seres humanos vivían en climas cálidos y conseguir calorías y sal era un desafío. Pero en el mundo moderno, esos mismos antojos pueden aumentar la presión arterial y provocar accidentes cerebrovasculares o ataques cardíacos.

Y no solo debemos preocuparnos por las grasas saturadas: el queso también contiene grasas trans, que están presentes de forma natural en la carne y los lácteos de vacas, ovejas y cabras, y son igual de perjudiciales que las grasas trans de los productos ultraprocesados. Estas reducen el colesterol bueno y elevan el malo, aumentando así el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Tal vez el ingrediente más sorprendente sea la caseína, presente en el queso en forma concentrada. Esta proteína se une a los mismos receptores neuronales que las drogas adictivas, y puede desencadenar una sensación leve de euforia. Algunos investigadores afirman que la evidencia sugiere que el queso puede ser adictivo, lo que explicaría por qué tanta gente tiene dificultades para dejarlo.

La col rizada (kale) es un superalimento por muchas razones, entre ellas que es una excelente fuente de calcio.

¿Necesitamos el queso para obtener calcio?

No. Existen muchas fuentes excelentes de calcio que no vienen acompañadas de altos niveles de grasa, sal ni las posibles cualidades adictivas del queso. Estas incluyen:

  • Verduras de hoja verde, especialmente espinaca y kale (col rizada)
  • Frutas como moras, ruibarbo y kiwi
  • Frutas secas como higos, duraznos (albaricoques) y dátiles
  • Legumbres, especialmente garbanzos, soya, frijoles rojos y aduki
  • Semillas, en especial las de ajonjolí y chía
  • Frutos secos como almendras y nueces de Brasil
  • Leches y yogures vegetales fortificados
  • Hierbas secas como albahaca, tomillo, eneldo y orégano
  • Algunos tipos de tofu (buscar tofu coagulado con calcio) • Algunas hamburguesas y salchichas vegetales
Los quesos veganos elaborados a base de frutos secos son más saludables que los quesos lácteos y son deliciosos.

¿El queso vegano es mejor para la salud?

Sí y no. La mayoría de los quesos veganos duros también tienen un alto contenido de grasas saturadas y sal, pero ninguno contiene colesterol ni casomorfinas, por lo que en ese sentido sí son una mejor opción. Los quesos más saludables son los quesos blandos hechos a base de castañas de cajú (anacardos). Son una buena fuente de proteína y contienen menos grasas saturadas y sal que otros tipos de queso. Además, tienen un sabor increíble.

¿El queso vegano es mejor para los animales y el planeta?

Absolutamente. Para obtener la leche con la que se elabora el queso, las vacas madre son inseminadas una y otra vez para mantener la producción de leche. Dan a luz, pero nunca pueden criar a sus bebés. A los terneros se los separa y se los cría para producir carne de ternera o leche, o se los sacrifica. Las madres también son enviadas al matadero cuando su producción de leche comienza a disminuir. El queso vegano no requiere leche de vaca, por lo tanto, no causa sufrimiento a estos animales.

La leche de vaca también daña gravemente al planeta: produce tres veces más emisiones contaminantes que la leche de soja, utiliza tres veces más tierra y 22 veces más agua, y es responsable de diez veces más contaminación del agua.

Una de las mejores cosas que podemos hacer por el planeta es dejar de consumir productos lácteos y carne.

Cinco consejos para dejar el queso

El queso es perjudicial para nuestra salud, los animales y el planeta. ¿No es hora de dejarlo atrás? Prueba estos cinco consejos para ayudarte a lograrlo.

  1. La fuerza de voluntad no es suficiente
    Quienes alguna vez intentaron hacer dieta lo saben bien. Pero al comprender realmente el impacto de nuestras elecciones alimentarias, podemos cambiar nuestra forma de pensar y superar los antojos.
  2. Prueba quesos veganos
    Existen muchos quesos veganos en el mercado que pueden ayudarte a mantener el sabor que amas sin sus consecuencias negativas. No todos tienen el mismo sabor ni se comportan igual que el queso de origen animal. Algunos se derriten de maravilla, otros van genial con pastas o galletas. Prueba distintas opciones y encuentra tus favoritos.
  1. Busca recetas veganas de tus clásicos con queso
    Hoy en día, casi todas las recetas tradicionales con queso tienen su versión vegana. Puedes empezar descargando nuestro hermoso recetario sin lácteos, que incluye diez recetas de distintas partes del mundo.
  1. Encuentra una comunidad que te apoye
    Cuando todas las personas a nuestro alrededor siguen haciendo aquello que queremos dejar, se vuelve más difícil cambiar. Si conoces a alguna persona vegana, pídele consejos y apoyo. Y si no, súmate a una comunidad en línea que te ayude a normalizar una alimentación libre de lácteos.
  1. Sé amable contigo
    Algunas personas dejan el queso de inmediato cuando se enteran del sufrimiento y daño ambiental que genera. Otras necesitan más tiempo y reducen su consumo gradualmente, a medida que van reemplazando los lácteos por alternativas vegetales. La mejor opción es la que funcione para ti.

¿Liste para hacerte vegan?

Hazte vegan

¿Ya eres vegan?

¡Actívate!