Justicia medioambiental: ¿qué es y por qué es importante?

Demonstration : People Climate March
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Creemos que todos los movimientos de justicia social están conectados, y la justicia medioambiental es el punto en el que se cruzan los daños al medio ambiente y los daños a las personas.

¿Qué es la justicia medioambiental?

La justicia medioambiental es un movimiento de justicia social que expone y aborda las formas en las que las comunidades marginadas se ven afectadas negativamente con mayor frecuencia cuando se daña el medio ambiente. Estos daños pueden ser causados de muchas maneras y por muchas industrias, pero hay algunas industrias famosas por dañar habitualmente el clima, contaminar las vías fluviales del mundo y crear contaminación atmosférica. Y una de las peores es la agricultura animal.

¿Cómo surgió el movimiento por la justicia medioambiental?

Según Client Earth, el movimiento por la justicia medioambiental surgió en los años 80 en Estados Unidos, después de que el estado de Carolina del Norte decidiera enterrar residuos tóxicos en un vertedero del condado de Warren, una comunidad predominantemente negra. Las protestas resultantes llegaron a los medios de comunicación nacionales y expusieron públicamente cómo las comunidades minoritarias y de bajos ingresos se ven afectadas de forma desproporcionada por los residuos tóxicos y la contaminación. 

¿Qué son los principios de justicia ambiental y ética?

Los 17 principios de la justicia ambiental fueron adoptados oficialmente en la Cumbre Nacional de Liderazgo Ambiental de la Gente de Color de 1991. En sus propias palabras, son:

  1. Santidad de la Tierra

La justicia medioambiental afirma el carácter sagrado de la Madre Tierra, la unidad ecológica y la interdependencia de todas las especies, y el derecho a no sufrir destrucción ecológica.

  1. Política pública imparcial

La justicia medioambiental exige que las políticas públicas se basen en el respeto mutuo y la justicia para todos los pueblos, libres de cualquier forma de discriminación o sesgo.

  1. Uso ético de la tierra

La justicia medioambiental exige el derecho a un uso ético, equilibrado y responsable de la tierra y de los recursos renovables en pos de un planeta sostenible para los seres humanos y otros seres vivos.

  1. Protección universal contra la contaminación

La justicia medioambiental exige la protección universal frente a las pruebas nucleares, la extracción, la producción y la eliminación de residuos tóxicos/peligrosos y los venenos y las pruebas nucleares que amenazan el derecho fundamental al aire limpio, la tierra, el agua y los alimentos.

  1. Autodeterminación para todas las personas

La justicia medioambiental afirma el derecho fundamental a la autodeterminación política, económica, cultural y medioambiental de todos los pueblos.

  1. Los contaminadores deben frenar

La justicia medioambiental exige el cese de la producción de todas las toxinas, residuos peligrosos y materiales radioactivos, y que todos los productores pasados y actuales sean estrictamente responsables ante el pueblo de la desintoxicación y la contención en el punto de producción.

  1. Toma de decisiones democrática

La justicia medioambiental exige el derecho a participar en igualdad de condiciones en todos los niveles de la toma de decisiones, incluyendo la evaluación de necesidades, la planificación, la aplicación, el cumplimiento y la evaluación.

  1. Entorno laboral seguro

La justicia medioambiental afirma el derecho de todas las personas trabajadoras a un entorno laboral seguro y saludable, sin verse obligadas a elegir entre un medio de vida inseguro y el desempleo. También afirma el derecho de quienes trabajan en casa a estar libres de riesgos ambientales.

  1. Indemnización y reparación

La justicia medioambiental protege el derecho de las víctimas de la injusticia medioambiental a recibir una indemnización completa y la reparación de los daños, así como una atención sanitaria de calidad.

  1. Incumplimiento del derecho internacional

La justicia ambiental considera que los actos gubernamentales de injusticia ambiental son una violación del derecho internacional, de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Genocidio.

  1. Soberanía de los pueblos indígenas

La justicia ambiental debe reconocer una relación legal y natural especial de los Pueblos Indígenas con el gobierno de los Estados Unidos a través de tratados, acuerdos, pactos y convenios que afirman la soberanía y la autodeterminación.

  1. Integridad cultural de las comunidades

La justicia medioambiental afirma la necesidad de políticas ecológicas urbanas y rurales para limpiar y reconstruir nuestras ciudades y zonas rurales en equilibrio con la naturaleza, honrando la integridad cultural de todas nuestras comunidades y proporcionando un acceso justo para todes a toda la gama de recursos.

  1. El consentimiento informado es imprescindible

La justicia medioambiental exige la aplicación estricta de los principios del consentimiento informado y el cese de las pruebas de procedimientos médicos y reproductivos experimentales y de las vacunas en las personas de color.

  1. Empresas multinacionales

La justicia medioambiental se opone a las operaciones destructivas de las empresas multinacionales.

  1. Ocupación militar y represión

La justicia medioambiental se opone a la ocupación militar, la represión y la explotación de tierras, pueblos y culturas, y otras formas de vida.

  1. Educación para la diversidad

La justicia medioambiental exige una educación de las generaciones presentes y futuras que haga hincapié en las cuestiones sociales y medioambientales, basada en nuestra experiencia y en la apreciación de nuestras diversas perspectivas culturales.

  1. Las decisiones personales son importantes

La justicia medioambiental requiere que todas las personas, en tanto seres individuales, tomemos decisiones personales y de consumo para consumir lo menos posible de los recursos de la Madre Tierra y producir la menor cantidad de residuos posible; y que tomemos la decisión consciente de desafiar y transformar nuestros estilos de vida para asegurar la salud del mundo natural para las generaciones presentes y futuras.

¿Cuál es el objetivo principal de la justicia medioambiental?

El objetivo es proteger nuestro planeta y garantizar una distribución justa de los recursos, sin cargar a las comunidades minoritarias con las consecuencias negativas de los daños medioambientales.

La salud de nuestro planeta y la de las personas están inextricablemente unidas. Cuando el aire está contaminado, pueden aumentar las enfermedades respiratorias; cuando se vierten toxinas industriales en un entorno, pueden aumentar las discapacidades congénitas; cuando se destruyen los hábitats silvestres, pueden propagarse nuevos patógenos; cuando se destruyen vastas extensiones de bosques, los impactos resultantes del cambio climático afectan primero a los más pobres del mundo.

La justicia medioambiental reconoce que sólo podemos prosperar si el medio ambiente está sano, y eso requiere que consumamos menos y de forma diferente, y que exijamos mejores regulaciones a los responsables de la toma de decisiones. Una de las formas más impactantes e inmediatas de proteger el planeta es a través de nuestras elecciones alimentarias. Las investigaciones han demostrado que la carne, los huevos y los productos lácteos son peores para el planeta en todos los aspectos medioambientales que los alimentos de origen vegetal. Esto incluye: el impacto climático, la contaminación del aire y del agua, el uso del agua, el uso de la tierra, la deforestación y la protección de las especies silvestres.

¿Por qué es importante la justicia medioambiental?

Este planeta es extraordinario. Sostiene una inmensa diversidad de vida al mantener una temperatura habitable, un suelo sano, aguas y aire limpio. Nos da todo lo que necesitamos para estar saludables, pero la actividad humana de los últimos 200 años ha dañado gravemente su capacidad de mantener el equilibrio. Como resultado, la vida se está perdiendo a un ritmo alarmante: las especies de plantas se están extinguiendo; el 60% de todas las poblaciones de animales salvajes han muerto desde 1970; mientras que las personas también están perdiendo sus hogares, sus medios de subsistencia y sus vidas.

La justicia medioambiental es importante porque todes necesitamos lo mismo para sobrevivir: un planeta sano. Y cada persona tiene la responsabilidad de frenar nuestro consumismo y asegurarse de que no estamos contribuyendo sin darnos cuenta a destrozar el planeta. También tenemos el deber de denunciar a las industrias que causan daños.

Justicia ambiental y cambio climático

Si no cambiamos, el colapso del clima nos afectará directamente -y puede matarnos- a todes. Para quienes aún no se han visto en situaciones terribles por el calentamiento de nuestra atmósfera, esto puede parecer una afirmación dramática, pero hay comunidades que ya lo han perdido todo a causa de las devastadoras inundaciones, incendios y hambrunas provocadas por el cambio climático. Las comunidades que sufren los peores impactos no suelen ser los principales consumidores de los recursos del mundo. En resumen, no son las causantes del problema, pero pagan el precio por ello.

La Columbia Climate School ha escrito sobre cómo las comunidades de color de Estados Unidos ya se ven afectadas de forma desproporcionada por el cambio climático, un resultado que no hará más que empeorar a medida que el planeta siga calentándose. Esto incluye a las comunidades desfavorecidas que ya experimentan tasas más altas de condiciones de salud que aumentan con el calentamiento global. Las comunidades desfavorecidas también tienen más probabilidades de carecer de infraestructuras sólidas y de resiliencia, por lo que, cuando se producen fenómenos meteorológicos graves, son menos capaces de resistir los efectos. Estas son sólo dos formas en las que las comunidades de Estados Unidos ya se ven afectadas, pero, por supuesto, las comunidades de todo el mundo también están sufriendo.

Ejemplos de justicia medioambiental

Lamentablemente, hay innumerables ejemplos en los que nuestro daño al planeta también perjudica a las personas. Entre ellos:

La industria porcina contaminante de Carolina del Norte

En Carolina del Norte se crían unos nueve millones de cerdos, que producen casi 37.250 toneladas de residuos al año. Estos purines son tóxicos para el medio ambiente y causan malestar físico y angustia a quienes viven cerca. Las granjas industriales de este tipo tienden a concentrarse en zonas aledañas a comunidades de color, y aumentan los informes de asma y otros trastornos respiratorios.

Agua insegura en Michigan

En 2014, el agua potable de Flint, Michigan, comenzó a tener un aspecto, sabor y olor extraños. Ducharse con ella se asoció con erupciones cutáneas y pérdida de cabello. Y entonces, se detectó E. coli en ella, lo que indicaba que el agua estaba contaminada con heces de personas y/o animales de granja. También contenía sustancias químicas cancerígenas. La comunidad se organizó y se enfrentó a las autoridades, que habían insistido repetidamente en que todo estaba bien. Al menos 12 personas murieron a consecuencia de ello.

Islas del Pacífico incapaces de producir alimentos

Dos de las nueve islas del Pacífico de Tuvalu se están perdiendo por la subida de las aguas del mar, y se teme un desplazamiento masivo de personas en los próximos años. Las aguas saladas ya han contaminado los suministros de agua subterránea, dejando a los habitantes totalmente dependientes del agua de lluvia, aunque las sequías son ahora más comunes. La salinización de la tierra también ha hecho imposible el cultivo de productos básicos como el taro y la yuca. Te recomendamos esta lectura sobre este tema: The Last Generation 

Vivir con los residuos

Las sociedades que producen muchos residuos necesitan gestionarlos, pero enterrarlos en el suelo no hace que desaparezcan. Las emisiones de los vertederos siguen siendo una amenaza para la salud de quienes viven y trabajan cerca. Un estudio realizado en Nueva York descubrió un aumento del 12% en el riesgo de malformaciones congénitas en los niños nacidos en familias que viven a menos de una milla de un vertedero de residuos peligrosos. La situación en América Latina es aún peor: un tercio de sus residuos ni siquiera se entierran, sino que terminan en basurales a cielo abierto, foco de contaminación y propagación de enfermedades.

El Centro Medioambiental de la Universidad de Colorado en Boulder escribe: «Las zonas de minorías y de bajos ingresos tienen más probabilidades de albergar vertederos y emplazamientos de residuos peligrosos. Estas áreas tienen menos recursos para oponerse a la colocación de estas instalaciones. Esto las convierte en un objetivo más fácil para la colocación de vertederos que las zonas de mayores ingresos.»

Comunidades indígenas y contaminación petrolera

En la Patagonia Argentina, la comunidad mapuche Newen Kura vive en estado de contaminación permanente del agua de la que dependen, la tierra y el aire. En su territorio hay más de 40 empresas petroleras que hasta tienen piletas de petróleo a cielo abierto, algo completamente ilegal. A esto se suman los basurales a cielo abierto generados por la misma industria.

Minería a cielo abierto y sus consecuencias

En el norte, centro y sur de México, la minería ha transformado ecosistemas, comunidades, familias y ha llevado a que se formen movimientos de resistencia y lucha en defensa del ambiente y el territorio. A las comunidades ninguna autoridad se acercó para preguntarles o, por lo menos, avisarles de que en su territorio se entregarían concesiones mineras. Una de las principales consecuencias es que estas empresas usan cantidades enormes de agua dulce para sus procesos dejando sin agua a las comunidades y sus entornos. Sabemos que del agua depende la subsistencia de cualquier ser vivo: humano, planta o animal.

Conclusión

Cuando hacemos daño a un individuo o comunidad, hacemos daño a todes. No podemos seguir extrayendo, consumiendo y malgastando los recursos de la Tierra sin causar un daño significativo a los animales, a los lugares salvajes y a las personas. Es esencial que las comunidades minoritarias sean incluidas en las decisiones que les afectan a ellas y a su salud. También es esencial que cada persona comprenda las repercusiones de sus propias elecciones y acciones. La forma más rápida de reducir nuestro propio impacto ecológico y de reducir el daño medioambiental causado a las comunidades minoritarias, es avanzar hacia una dieta basada en plantas.

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