La comida que comían nuestros antepasados dependía de la época en que vivían, su ubicación geográfica, así como de la estación y del clima, pero las personas antropólogas dicen que nuestras primeras antepasadas eran predominantemente vegetarianas.
Es cierto que nuestros cuerpos se han adaptado para tolerar un poco de carne, pero nunca hemos comido el tipo y la cantidad de carne que es típica de dieta estándar, no nos está haciendo bien para nada.
La prueba de esto está en la abrumadora investigación que muestra que cuando eliminamos los productos animales, reducimos el riesgo de enfermedades cardíacas, obesidad, diabetes tipo 2 y algunos tipos de cáncer.
Es interesante cuando algunas personas dicen ser hombres de las cavernas como una razón para comer animales, ¡pero se olvidan de esta justificación cuando se trata de todas las demás áreas de su vida! Los hombres de las cavernas (y las mujeres) no utilizaban automóviles para conducir a una tienda; no compraban en línea ni enviaban mensajes a sus amigos con sus teléfonos.
Si las personas optan por renunciar al mundo moderno y vivir en cuevas, respetamos esa elección, pero es ilógico atenerse a lo que erróneamente piensan que era una dieta de “hombre de las cavernas” mientras conducen un auto.
Sabemos mucho más sobre nutrición y salud que nuestros ancestros, y sabemos el impacto que nuestras elecciones alimentarias tienen en el medio ambiente y en otras personas. Si comían un poco de carne solo para evitar morir de hambre, eso es comprensible. Para nosotros, sin embargo, encontrar alimentos saludables y deliciosos a base de plantas es simple, y nuestros cuerpos nos agradecen cuando los alimentamos con plantas.
