Las plantas sienten dolor

Las plantas son seres vivos increíbles. Pueden ver, oír, oler y responder. Compiten por el territorio, buscan comida, evaden a los depredadores y atrapan a las presas. ¿Pero sienten dolor? Es casi seguro que no.

Las plantas no tienen sistema nervioso central ni receptores del dolor, lo que les permitiría sentirlo. Además, ¿qué sentido tendría sentirlo? El dolor nos permite reaccionar rápidamente, luchar o huir, y la mayoría de las plantas no pueden reaccionar rápidamente, y ninguna puede huir. Por lo tanto, no hay ninguna ventaja en que lo sientan, ni sistemas biológicos que les permitan hacerlo.

El dolor es muy subjetivo y no puede medirse con precisión. Eso significa que nadie puede estar seguro de que alguien que no sea uno mismo lo sienta. La gente puede decir que siente dolor y, de ese modo, podemos aceptar que no somos los únicos que lo sentimos, pero ¿qué pasa con otros seres que no pueden hablar un lenguaje humano? En esos casos, los científicos utilizan dos criterios: ¿tiene el animal todos los atributos fisiológicos necesarios para sentir dolor? ¿Y se comportan como si sintieran dolor? Así, sabemos que nuestro perro si pisa una espina y chilla siente dolor. Sabemos que un cerdo en un encierro, un pollo en una jaula, una vaca en un matadero y una oveja en un camión camino del matadero sienten dolor. Las investigaciones sobre diferentes especies de peces aseguran que también sienten dolor. ¿Pero las plantas? No.

Es posible que algún día descubramos que las plantas sí sienten dolor o algo parecido. Pero si nuestro objetivo en el mundo es reducir el sufrimiento, sería mucho más congruente comer a base de plantas, porque las personas veganas en realidad comen muchas menos plantas (y, por supuesto, animales, que definitivamente sienten dolor) que los consumidores de carne.

Esto puede sonar contradictorio, pero es cierto. Las personas que comen carne son responsables de la cosecha de más cultivos que las personas veganas porque se necesitan muchos más cultivos para alimentar a los animales que si solo los pusiéramos a disposición de las personas.

La razón de esto es que la industria ganadera es increíblemente derrochadora. Las vacas consumen 25 kg de cultivos por cada kilo de carne producida, los cerdos 6,4 kg y los pollos 3,3 kg. Esto significa que se desperdicia una gran cantidad de cultivos, lo que supone un problema tanto humanitario como medioambiental. 

Cuando comemos a base de plantas, comemos menos plantas, lo que significa que necesitamos menos tierra, podemos proteger los espacios silvestres y alimentar a más personas. Y al elegir esta forma de comer, podemos reducir cualquier sufrimiento potencial de las plantas, al mismo tiempo que reducimos el sufrimiento real de los animales.

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