Por Paul Burgess
Para que te resulte más fácil leer este artículo, primero me gustaría explicarte que escribo de la misma forma en que hablo. Así que si te imaginas a un tipo de mediana edad con voz suave y drag queen con acento inglés del noroeste, estás en lo cierto.
Hola. Soy Paul, 53 años, queer, de género fluido, uno de Those Vegan Guys (“Esos Tipos Veganos”) junto a mi marido Jason desde hace 13 años y pareja desde hace 25. También soy una de The Vegan Queens (“Las Reinas Veganas”) con mi querido amigo Stuart.
Quería hablar sobre el punto en el que convergen dos (o más) temas, no necesariamente relacionados, pero sí capaces de impactar y empoderarse mutuamente. Quería hablar de ello porque no solo creo, sino que sé que la opresión que sentí como hombre gay alimentó directamente mi transformación al veganismo. Tuvo que ser así. El vínculo estaba ahí.
En 2009, Jason y yo nos casamos. Digo “casamos”, pero en realidad era una unión civil en ese momento y no se convirtió en matrimonio hasta 2015, pero estoy divagando. Tuvimos una ceremonia preciosa, rodeados de familiares y amigos y, por fin, después de demasiado tiempo, nuestra relación era reconocible ante la ley. Ese mismo año se produjo un importante y muy publicitado ataque homófobo contra un policía fuera de servicio, James Parkes. Fue un crimen despreciable: casi 20 jóvenes lo golpearon de tal manera que fue hospitalizado con múltiples fracturas de cráneo y de la cuenca del ojo y la mandíbula. Su estado fue descrito como «muy crítico». Este incidente me hizo buscar en Google «ataques homófobos». Había muchos, en todo el mundo, y habíamos sido inconscientes de ellos durante demasiado tiempo en nuestra propia burbuja de comodidad.
Fue un gran llamado de atención para nosotres. Simplemente habíamos vivido nuestras vidas rodeados de personas que nos querían y aceptaban plenamente lo que éramos. La homofobia no había existido en «nuestro» mundo durante mucho tiempo, así que fue más que un shock leer sobre este horrendo ataque.
Pocos meses después se me ocurrió la idea de crear una compañía de teatro fundada específicamente para luchar contra la homofobia. ¡Así nació Pink Triangle Theatre! Durante casi una década trabajamos en escuelas, colegios, prisiones, lugares de trabajo, teatros y muchos otros lugares con nuestra poderosa obra, SHOW ONE! Por aquel entonces éramos vegetarianes. De repente, la lucha contra la opresión y la represión era una parte fundamental de lo que éramos y de lo que hacíamos.
En aquella época, a principios de mis veinte años, tenía amigos veganos. A veces, me llamaban la atención sobre mis mensajes acerca de los «huevos felices» y demás, y yo negaba y desviaba la conversación. «¡Pero si ahí mismo en la caja dice felices!».
Me instaron a mirar un poco más profundo, pero no fue hasta 2014 que lo hice. Por recomendación de un amigo vimos un documental llamado ‘Vegucated’. Tuve que verlo dos veces para que las verdades me golpearan, y cuando lo hicieron, golpearon fuerte.
Lo entendí todo. No existían los huevos felices, ni la leche amable, eran mentiras que me habían dicho toda la vida y que había creído voluntariamente. Nos hicimos veganos el día que vimos Vegucated por segunda vez.
¿Cómo podía luchar contra la opresión, la represión y la crueldad absoluta contra los seres humanos y no verlo con los animales? Yo era vegetariana porque no podía soportar la idea de que se matara a un animal para ponerlo en mi plato; sin embargo, hasta 2014 había estado apoyando voluntariamente el horrendo trato hacia las vacas, los pollos y tantos otros seres porque quería comer mi queso, mis huevos, mi crema y mi mantequilla. ¡Mis! Esa sí que es una palabra. Aquello nunca fue ‘mío’.
Los animales son oprimidos y mucho más, continuamente, cada momento de cada día y, ¿para qué? Para el consumo humano. Peor, el consumo humano innecesario.
La lucha contra el odio y la violencia era un abanico mucho más amplio de lo que yo había reconocido. Para mí, estos temas se cruzaban justo en el medio.
Si realmente me importaban los animales, como siempre decía a la gente cuando me preguntaban por qué era vegetariane, entonces me había estado engañando literalmente. No había estado mirando de verdad. Ahora podía ver con claridad, y las cosas tenían que cambiar.
Nuestro viaje hacia el veganismo, como el de tantos otros antes que nosotros, fue áspero al principio. Nos sentíamos muy limitados en cuanto a lo que podíamos consumir de forma segura, ya que en aquella época, incluso hace tan poco tiempo, no existía la enorme oferta que tenemos ahora en todos los supermercados. Pero nos las arreglamos, teniendo siempre presente el «por qué». Lo hacíamos porque no podíamos aceptar el maltrato y la violencia por ningún motivo contra ningún ser.
Nuestros «problemas» se encontraban en el medio, ¡y vaya! ¡Qué medio era ese!
Al principio empezamos a compartir nuestro viaje y, por supuesto, nuestras razones para hacerlo, sólo en publicaciones de Facebook, etc., pero muy pronto tuvimos un canal de YouTube en el que compartíamos nuestro «veganismo realista» tan ampliamente como podíamos. Y eso es lo que hacemos hoy en día. Compartimos recetas sencillas, vlogs de compras detallados, el camino en nuestra huerta y mucho más. Incluso escribí un libro electrónico gratuito, ‘Down-To-Earth Veganism‘ (“Veganismo con los pies en la tierra”), para ayudar a la gente en sus propios caminos. Los animales están en el centro de todo lo que hacemos y decimos.
Un año después de convertirme en vegane, en 2015, presentaba un programa de televisión en Manchester llamado «Now We’re Talking» (“Ahora sí nos entendemos”) y, a medida que se acercaba el Día del Orgullo de Manchester, pensé que podría ser divertido hacer antes un episodio especial del programa en versión drag. Yo era drag queen desde los 13 años, pero hacía tiempo que no lo hacía. Le pregunté a mi amigo Stuart si quería hacerlo conmigo y les pedimos a dos amigues drag queen más que se unieran a nosotras. Resultó ser un espectáculo increíble y nos divertimos mucho haciéndolo. Al final del rodaje le pregunté a Stuart si le apetecía convertirse en un dúo de drags, ‘The Vegan Queens‘. Aceptó, y aquí seguimos, actuando en los Días del Orgullo locales de todo el país. Hemos actuado en el bingo, en la hora de los cuentos para niñes y en muchos otros espectáculos fabulosos. Una vez más, nos aseguramos de que nuestro veganismo esté en primer plano.
Supongo que el objetivo de este artículo es pedirte que analices los temas que te importan y que reconozcas cualquier paralelismo que veas. Si estás en contra de la opresión, la represión, la violencia y el abuso, entonces ponte en contra, independientemente del ser al que se le haga.
Tú tienes los medios para ser una fuerza poderosa e increíble para el bien, con cada acción que hagas y cada palabra que digas. Así que, ¿por qué no hacerlo?
El activismo empieza por dentro. Empieza por denunciar las cosas que aceptas. Todos los seres de este bello planeta tienen derecho a no ser criados a la fuerza, como las vacas, a no vivir en condiciones asquerosas y de hacinamiento, como los pollos. Todo ser tiene derecho a una vida sin violencia, abuso y opresión. Todos los seres.
Encuentra tus paralelismos, reconócelos y sé la enigmática fuerza del bien, porque el mundo necesita que seamos muchos. Será una de las mejores cosas que hayas hecho.
Promesa.
Besos,
Paul J. Burgess
Paul es actor, cantante, director, escritor, activista y drag queen. Paul es la mitad de The Vegan Queens y de Those Vegan Guys.