Cuando imaginar puede volverse posible: estudiantes universitarios colaboran con Generación Vegana para diseñar soluciones compasivas

Por Karina E. Benitez Lin

El mundo actual atraviesa crisis ambientales, de salud pública y mental, afectando profundamente a los animales, a las comunidades humanas y a los ecosistemas que compartimos. Frente a este panorama, imaginar futuros diferentes puede parecer ingenuo. Pero precisamente en esa capacidad de imaginar y crear colectivamente radica la esperanza de transformar lo que hoy parece inevitable.

Durante la primavera de 2025, esa esperanza tomó forma concreta en una clase universitaria del ITESO, Universidad Jesuita de Guadalajara. En el marco de las Prácticas de Aplicación Profesional (PAP) y con el acompañamiento metodológico del Centro de Innovación Social de Alto Impacto (CISAI), estudiantes de diversas licenciaturas participaron en la clase «Innovación para la Justicia Social», donde trabajaron con una organización real: Generation Vegan (Gen V). El objetivo: analizar y proponer soluciones sistémicas frente a la problemática de las mega granjas porícolas en Yucatán, particularmente en la comunidad maya de Sitilpech.

Una organización valiente frente a un problema estructural

Generación Vegana, es una organización sin fines de lucro que denuncia los impactos de la industria animal sobre el planeta, los animales y los pueblos humanos. En Sitilpech, Yucatán, GenV ha visibilizado y documentado la resistencia de varias comunidades indígenas ante la instalación de mega granjas de la empresa Kekén, responsable de contaminar cuerpos de agua, vulnerar derechos humanos y provocar un contexto de impunidad, violencia y despojo territorial.

En busca de fortalecer su acción con evidencia técnica y científica, GenV colaboró con el equipo universitario para construir un diagnóstico sistémico y diseñar propuestas sostenibles que aporten a la defensa comunitaria.

Una metodología transformadora: conocimiento y colaboración

Durante varias semanas, los y las estudiantes se capacitaron en metodologías como la Dinámica de Sistemas Basada en la Comunidad (CBSD), el pensamiento sistémico y el mapeo de bucles causales, diseño de intervenciones, mapeo de actores y matriz de factibilidad entre otros metodologías. Estas herramientas les permitieron identificar las causas estructurales de la problemática, los actores involucrados y los puntos de apalancamiento clave para intervenir.

La colaboración con GenV fue constante; Jessica Gonzalez Castro, directora en hispanoamérica de la organización, acompañó al grupo compartiendo recursos, contexto, necesidades concretas y validando cada etapa del proceso.

Diagnóstico y propuestas: de lo local a lo estructural

El equipo realizó un diagnóstico participativo que incluyó información cualitativa y cuantitativa, combinando saberes locales con evidencia científica. Entre los principales hallazgos destacan:

  • La relación directa entre la contaminación del agua y enfermedades gastrointestinales y dermatológicas tanto de los habitantes y de los animales.
  • La falta de acceso a información ambiental y sanitaria en las comunidades.
  • Las formas de represión estatal y los vacíos legales en la protección de los derechos del pueblo Maya.

A partir de este análisis se propusieron seis intervenciones clave:

  1. Plataforma de acceso a datos: una web o boletín informativo con datos ambientales y sanitarios, accesible a la comunidad.
  2. Campaña de comunicación internacional: difusión del documental de GenV en medios alternativos, nacionales e internacionales.
  3. Brigadas médicas y monitoreo ambiental: atención inmediata a la salud comunitaria y vigilancia de contaminantes.
  4. Propuesta de reforma legal: actualización de normativas ambientales y de salud con enfoque de derechos.
  5. Modelo alternativo de desarrollo: impulso al consumo local, agroecológico y sustentable.
  6. Educación para la justicia ambiental: acciones pedagógicas para fomentar una cultura de respeto e interdependencia.

Las intervenciones propuestas coinciden directamente con cosas que ya se realizan de parte de la comunidad y de la organización por lo que entendieron que deben ir más allá de lo que ya se ha hecho o se hace.

Lo que deja esta colaboración: aprendizajes mutuos y horizontes posibles

Este primer ejercicio de colaboración entre GenV y estudiantes del ITESO representa mucho más que un trabajo escolar. Muestra que el activismo está madurando, profesionalizándose y abriéndose a nuevas formas de generar conocimiento e intervención. También recuerda a las instituciones educativas que su misión no termina en el aula: también está en poner el conocimiento al servicio del bien común.

Para GenV, esta alianza representa una oportunidad de fortalecer su incidencia con respaldo académico y propuestas accionables. Para los estudiantes, fue una experiencia transformadora: aprendieron a escuchar con respeto, a construir desde la evidencia y a comprometerse éticamente con causas que trascienden su profesión.

Seguimos y seguiremos 

Sabemos que el aprendizaje no termina. Las problemáticas son dinámicas y las soluciones deben adaptarse y mejorarse constantemente. Esta colaboración es solo un punto de partida: una muestra de lo que es posible cuando activismo, academia y comunidad trabajan juntos.

GenV cree en el poder de la acción colectiva. Gracias al ITESO, al CISAI y a este grupo de estudiantes por imaginar con nosotras un futuro más justo, más compasivo y más habitable para todos los seres vivos de este planeta.

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