Mientras el planeta sigue calentándose, los políticos de todo el Norte Global prometen actuar aunque continúan trabajando para proteger a las industrias que destruyen el clima y para beneficiarse de ellas. Entre estas industrias se encuentran las compañías de gas y petróleo y la industria de la ganadería. Y mientras unos pocos ricos cosechan las recompensas, el resto del mundo sufre las consecuencias. En GenV apoyamos la lucha por la justicia climática, para proteger nuestro planeta y a las personas y animales afectados por esta crisis ecológica.
¿Qué es la justicia climática?
La justicia climática pretende poner de relieve los daños climáticos causados por las naciones ricas y demostrar que son los pueblos menos ricos los que sufren más gravemente sus efectos. Pretende impulsar acciones significativas arrojando luz sobre esta desigualdad fundamental.
Cuando la Primera Ministra de Barbados, Mia Mottley, intervino en las conversaciones sobre el clima de la ONU en Cop27, dio un contexto histórico a la justicia climática al decir a los asistentes que la prosperidad de los ricos se había logrado en el pasado a expensas de los pobres, y que ahora los más pobres estaban pagando una vez más por el deterioro del clima que ellos no habían causado.
«Fuimos nosotros los que financiamos con sangre, sudor y lágrimas la revolución industrial», dijo. «¿Tenemos que pagar ahora el doble por los gases de efecto invernadero de la revolución industrial? Eso es fundamentalmente injusto».
Definición de justicia climática
Global Witness explica bien la justicia climática: «La justicia climática como concepto reconoce que, aunque el calentamiento global es una crisis mundial, sus efectos no se sienten por igual en todo el mundo”. Los peores efectos de la crisis climática -por ejemplo, el calor extremo, las inundaciones y las malas cosechas- los sufren de forma desproporcionada los países y comunidades del Sur Global.
«Además, reconoce que la culpa de haber creado la crisis en la que nos encontramos tampoco se reparte por igual. En una parodia total de justicia, los lugares que actualmente sufren los efectos del calentamiento global tienen poca o ninguna responsabilidad histórica por haberlo causado. En cambio, la culpa recae abrumadoramente en los países ricos del Norte Global que utilizaron enormes cantidades de combustibles fósiles para impulsar su crecimiento industrial».
¿Qué es el movimiento por la justicia climática?
El movimiento por la justicia climática está formado por muchas personas y organizaciones de todo el mundo, una red de personas que trabajan juntas para detener la destrucción del planeta por parte de las naciones más ricas y para garantizar que no obliguen a otros a limpiar su desastre.
Para ser verdaderamente justo, este movimiento debe estar liderado por pueblos cuyas experiencias y voces han sido marginadas con demasiada frecuencia, y que se enfrentan a amenazas desproporcionadas por el colapso climático. Pero quienes nos preocupamos por la justicia y trabajamos para proteger nuestro planeta formamos parte del movimiento por la justicia climática
¿Qué quiere la justicia climática?
El objetivo de la justicia climática es garantizar que las naciones ricas reconozcan su responsabilidad histórica y contemporánea en la creación de una crisis ecológica, y que tomen medidas urgentes y significativas para enmendarla. Esto significa no sólo reducir drásticamente sus propias emisiones, sino también apoyar a las naciones más pobres en su transición hacia energías limpias y un sistema alimentario sostenible, al tiempo que ayudan a sufragar los costes de adaptación al cambio climático. Al fin y al cabo, esos países se enriquecieron a costa de industrias perjudiciales para el medio ambiente, como la ganadería industrial, la minería y la prospección petrolífera. Es justo que utilicen su riqueza para mitigar los daños que han causado.
¿Por qué es importante la justicia climática?
La justicia climática es esencial para el futuro de nuestro planeta y porque las personas importan. Si viéramos a un niño intimidar a otro, robarle sus juguetes y romperlos a propósito, no lo consideraríamos justo. Intervendríamos y enseñaríamos lecciones importantes sobre compartir, respetar a les demás y actuar con justicia y respeto. Con demasiada frecuencia, parece que, como adultes, todas esas lecciones que nos enseñaron de niñes se abandonan en aras de más dinero, más cosas… y más destrucción del medio ambiente.
¿Cuáles son los 6 pilares de la justicia climática?
1. Una transición justa
Una transición justa pretende garantizar que los costes financieros de la transición a una economía verde no recaigan de forma desproporcionada en los pueblos, culturas o naciones más pobres. Y, por otro lado, que los beneficios financieros de crear e invertir en tecnologías verdes no recaigan desproporcionadamente en los pueblos, culturas y naciones más ricas. Una transición justa pretende deshacer las desigualdades y explotaciones del pasado, y repartir proporcionalmente tanto la carga como los beneficios de hacer frente al cambio climático.
2. Justicia social, racial y medioambiental
Mientras trabajamos para limitar el daño que hemos causado y aprender las lecciones del pasado, tenemos la oportunidad de corregir los desequilibrios y las opresiones históricas que han conducido a las desigualdades sociales y raciales. A medida que las comunidades marginadas se ven más y más gravemente afectadas por la degradación del clima y otros contaminantes medioambientales, tenemos la oportunidad de corregir esas desigualdades y tratar a nuestro planeta y a nuestros semejantes con dignidad, respeto y equidad.
3. Acción indígena por el clima
Los pueblos cuyas vidas, medios de subsistencia y culturas están tan estrechamente entrelazadas con la tierra y las aguas salvajes se enfrentan a algunos de los impactos más inmediatos y graves del cambio climático. Con demasiada frecuencia, sus voces y experiencias son negadas o ahogadas en medio de las poses de los líderes del Norte Global. Pero los pueblos indígenas están liderando campañas para hacer frente al cambio climático y restablecer el equilibrio de la Tierra. Algunos de estos activistas medioambientales son:
- Helena Gualinga, defensora de la justicia ecuatoriana procedente de una familia de activistas climáticos.
- Winona LaDuke, de la nación ojibwe, activista indígena y de los derechos climáticos desde hace mucho tiempo.
- Hinduo Oumarou Ibrahim, ecologista y mujer indígena de Chad.
- Yero Sarr, cofundadora del movimiento Viernes por el Futuro en Senegal.
- Lola Cabnal, Maya Q’eqchí, respetada líder medioambiental de Guatemala.
- Amelia Telford, Bundjalung e Isleña de los Mares del Sur, Directora Nacional de la Red Climática de Jóvenes Indígenas Seed.
- Autumn Peltier, de la Primera Nación Wikwemikong de la Isla Manitoulin.
- Ahmed Elhadji, Secretario General de Youth for Climate Túnez.
- Moira Ivana Millan, Weychafe Mapuche, defensora de los derechos humanos, indígenas y ambientales de Argentina.
4. Resiliencia y adaptación de las comunidades
Las comunidades política y económicamente marginadas son las más expuestas a las consecuencias del cambio climático. Está claro que necesitan una mejor protección frente a fenómenos graves como inundaciones, sequías, huracanes e incendios, y necesitan apoyo para recuperarse una vez que estos fenómenos han dañado sus comunidades. No se trata de que el Norte Global intervenga para salvar el día; se trata de que las comunidades locales desarrollen soluciones, desde la soberanía alimentaria y la autonomía energética hasta las defensas contra las inundaciones y la mejora de las infraestructuras, así como la puesta en marcha de planes para apoyar a los más afectados. Las naciones más ricas tienen la responsabilidad y la obligación moral de financiar estos proyectos.
5. Soluciones climáticas naturales
Con demasiada frecuencia oímos que la tecnología nos salvará, pero ¿por qué apostar nuestro futuro a una tecnología que aún no existe cuando las soluciones climáticas naturales ya están aquí? A menudo, son los que se benefician económicamente tanto de la innovación tecnológica como del status quo destructivo los que nos instan a descartar lo que sabemos y a esperar a la Gran Tecnología.
Ya sabemos que los bosques y los océanos son fundamentales para poner fin a la crisis climática. También sabemos que la producción de carne destruye grandes extensiones de bosques y contamina los océanos. Una alimentación vegana, en cambio, requiere una fracción de la tierra y protege tanto los bosques como los cursos de agua. Esto significa que cambiar nuestra alimentación es algo importante que podemos hacer ahora mismo para reducir las emisiones y proteger las tierras indígenas. Por desgracia, los alimentos se han convertido en una mercancía en el mundo moderno, y quienes pueden permitirse comprar carne rara vez comprenden que el coste de su producción lo asumen otres.
6. Educación y compromiso con el clima
Los negacionistas del clima difunden sus mitos por diversas razones: a veces, para darse a conocer en las redes sociales y obtener recompensas económicas; a veces, para obtener réditos políticos y el poder y los beneficios que ello conlleva. Debemos hablar alto y acallar esas voces imprudentemente egoístas.
Debemos compartir información sobre lo que la gente puede hacer ahora mismo para protegernos a todos de los peores impactos. Esto incluye revisar la forma en que viajamos y calentamos nuestros hogares, reducir lo que compramos y cambiar a una alimentación vegana basada en plantas.
¿Cuál es un ejemplo de justicia climática?
Un ejemplo es centrar los debates sobre el cambio climático en las comunidades marginadas. Otro sería acabar con la explotación de los países en desarrollo por sus recursos naturales, mientras se canalizan los beneficios hacia los países más ricos. (Quienes tengan inversiones, pueden mirar detenidamente qué están financiando). Una tercera sería acabar con la exportación de la agricultura industrial a los países en desarrollo, ya que es una forma más de que el Norte Global se beneficie de las catástrofes medioambientales que sufren otros. Es una forma de colonialismo moderno.
¿Cuál es un ejemplo de justicia climática?
Un ejemplo es centrar los debates sobre el cambio climático en las comunidades marginadas. Otro sería acabar con la explotación de los países en desarrollo por sus recursos naturales, mientras se canalizan los beneficios hacia los países más ricos. (Quienes tengan inversiones, pueden mirar detenidamente qué están financiando). Una tercera sería acabar con la exportación de la agricultura industrial a los países en desarrollo, ya que es una forma más de que el Norte Global se beneficie de las catástrofes medioambientales que sufren otros. Es una forma de colonialismo moderno.
¿Cuáles son algunas acciones de justicia climática?
- Exigir a los gobiernos que dejen de financiar los combustibles fósiles y empiecen a invertir en energías limpias.
- Apoyar las campañas climáticas de organizaciones y personas de comunidades históricamente marginadas. Comparte sus puntos de vista.
- Defender los derechos humanos y luchar contra la injusticia en todas partes.
- Boicotear las industrias que más daño hacen al planeta y a sus habitantes siempre que sea posible. Para muches de nosotres, la agricultura animal es la más fácil de abandonar.
- Apoyar la acción directa no violenta que pretende poner de manifiesto la crisis a la que nos enfrentamos e impulsar el cambio, incluso cuando nos pueda incomodar personalmente.
- Edúcate a ti mismo y a los demás. Cuando sabemos más, podemos hacerlo mejor, y podemos ayudar a otros en ese camino también.
- Votar a políticos que den prioridad a la acción por el clima y que sean conscientes de su deber para con las comunidades marginadas.
Conclusión
Nos enfrentamos a una crisis ecológica causada en gran parte porque las naciones industrializadas se han enriquecido a costa de los demás, incluido nuestro planeta. La justicia climática pretende hacer las cosas de otra manera, prestar atención a las voces y experiencias marginadas, reconocer los impactos desproporcionados del colapso climático y asumir la responsabilidad de las acciones históricas y contemporáneas que nos han llevado a todos al borde de la crisis.