Parece obvio para cualquier persona que se considere vegetariana por el bien de los animales que no comer su carne es algo bueno. Pero hay un panorama más amplio en cuanto al sufrimiento animal que necesita ser examinado. Los productos lácteos, como el queso, también resultan en tormento físico, emocional y psicológico extremo para los animales, además de ser perjudiciales para el medio ambiente y nuestra salud. Para contrarrestar todos estos resultados negativos, elegir una alimentación vegana basada en plantas es el único camino a seguir. Aquí te contamos el lado oscuro del queso.
La Crueldad Oculta de la Producción Láctea
El queso se hace con leche, pero la leche no es el producto natural e inofensivo que se muestra en las publicidades. De hecho, la industria de la producción láctea está plagada de crueldad. Debido a que la leche se produce con el objetivo de alimentar a un bebé, las vacas y otros animales son inseminados repetidamente para asegurar embarazos constantes que significan una producción continua de leche. Pero sus crías no son realmente deseadas y por eso son alejadas de sus madres poco después de nacer, causando una inmensa angustia tanto a la madre como al bebé. Las terneras hembras generalmente se crían para continuar este ciclo, mientras que los terneros machos pueden ser mantenidos en pequeñas jaulas antes de ser sacrificados para obtener carne de ternera. Si no se pueden obtener ganancias del cuerpo del ternero, será sacrificado al nacer.
Este ciclo de embarazo, separación y muerte continúa una y otra vez para satisfacer la demanda mundial de leche y queso. Y termina cuando la madre está exhausta y rota, cuando también es enviada al matadero.
Dejar el Queso
Para muchas personas, el queso es el producto más difícil de dejar al hacer la transición a una alimentación vegana. Las empresas lácteas saben esto y dependen de tácticas de marketing que ocultan la verdad y mantienen las compras de la gente. Si sus clientes vieran cuánto sufrimiento conlleva la producción de queso, sería mucho más fácil dejarlo.
Sin embargo, creemos que dejar el queso no es una pérdida; es una ganancia. Ganamos la tranquilidad de no haber contribuido al sufrimiento atroz que la industria láctea inflige rutinariamente a las madres y sus crías. Y aún podemos obtener el sabor y la experiencia que amamos con quesos de origen vegetal.
¿Qué Ocurre con el Queso y la Carne “Éticos y Humanitarios”?
Escuchamos mucho de las empresas de carne y lácteos sobre el «alto bienestar» y el «sacrificio humanitario», pero la realidad no coincide en absoluto con estos términos de marketing.
Investigaciones en todo el mundo han demostrado las condiciones atroces para los animales que son criados de manera intensiva, pero también para aquellos en sistemas supuestamente de mayor bienestar. No hay una manera amable de criar y matar animales por sus cuerpos y la escala del sufrimiento es completamente inimaginable.
Las gallinas, pavos, patos y cerdos son los más comúnmente criados de manera intensiva y en consecuencia experimentan las mayores privaciones, negligencia y sufrimiento. Para las madres que son usadas para criar a los animales que serán sacrificados para obtener carne, el dolor continúa una y otra vez. Y es exactamente lo mismo en la industria láctea. Tan pronto como sus crías son arrebatadas, las vacas son preparadas nuevamente para una inseminación. Lloran por la pérdida y llaman durante días a sus bebés robados.
Para las vacas en la industria láctea, no hay descanso del dolor, ni tampoco hay una jubilación feliz cuando sus cuerpos se desgastan y ya no pueden producir las cantidades de leche que exige la industria. La industria láctea es tan cruel como la industria cárnica.
Lácteos de Pastoreo Cero
Desafortunadamente, la industria láctea está evolucionando en la dirección equivocada. En lugar de pensar más en la salud y el bienestar de los animales a los que les roban sus crías y leche, la industria láctea ha buscado reducir costos adoptando el «pastoreo cero«. Estas son granjas lecheras donde las vacas viven toda su vida dentro de cobertizos, de pie en pisos de concreto, donde maquinaria operada por robots recoge su leche. Estos animales gentiles que naturalmente pastan y deambulan nunca llegan a sentir la hierba bajo sus pezuñas o el sol en su rostro y nunca llegan a vincularse con su cría.
Las granjas de pastoreo cero se están volviendo cada vez más comunes, ya que la industria busca minimizar los costos humanos y maximizar los rendimientos, sin importar el costo para los animales atrapados en el sistema.
Las Vacas Lecheras Son Sacrificadas
La mayoría de las personas entienden que la carne es parte de un animal y que un individuo fue sacrificado para obtenerla. Pero se entiende menos que el sacrificio también es intrínseco al comercio de productos lácteos. Los animales son sacrificados rutinariamente cuando ya no pueden producir las cantidades industriales de leche requeridas y sus cuerpos se convierten en piezas de carne de res. Esto significa que la mayoría de las vacas criadas para la producción de leche son sacrificadas a la edad de seis años, una fracción de su vida natural. Quizás lo más impactante de todo es que un estudio encontró que entre el 10 y el 15 por ciento de las vacas usadas para su leche están embarazadas cuando son sacrificadas. Es difícil imaginar cómo una sociedad compasiva podría permitir esto y mucho menos recompensarlo.
La Huella de Carbono del Queso vs. la Carne
La producción de queso es extremadamente intensiva en recursos. Convertir la leche en queso es ineficiente, ya que se requieren diez litros de leche para producir un kilo de queso. Como la leche se obtiene de vacas (u otros animales rumiantes como ovejas y cabras), tiene un gran impacto climático porque los rumiantes emiten grandes concentraciones de metano.
Debido a esto, el queso es uno de los alimentos más perjudiciales para el medio ambiente. De hecho, los únicos productos peores que el queso son la carne de res, el cordero y los camarones de cultivo. Pero solo basta con mirar el impacto de las leches de origen vegetal. La leche de soya tiene un tercio del impacto climático de la leche de vaca, lo que la convierte en la opción más sostenible, además de la más compasiva.
Emisiones de gases de efecto invernadero por kilogramo de producto alimenticio
Los alimentos de origen vegetal son casi siempre mejores para el medio ambiente que los alimentos de origen animal.
Desventajas Nutricionales del Queso y la Carne
En cuanto a nuestra propia salud, ¿cuál es peor: la carne o el queso? ¡Bueno, ninguno es bueno!
El queso es alto en grasas saturadas, colesterol y sodio, y contribuye a una serie de problemas de salud, incluyendo enfermedades cardíacas e hipertensión. Carece de los nutrientes esenciales que se encuentran en los alimentos vegetales enteros y puede ser adictivo, lo que hace que sea difícil para muchas personas eliminarlo de su dieta. En resumen, el queso no es un alimento saludable.
Y la carne tampoco lo es. Todas las carnes procesadas son carcinógenos de clase 1, mientras que toda la carne roja se clasifica como «probablemente carcinogénica«. Y no solo el cáncer está relacionado con el consumo de carne; hay muchas pruebas que sugieren que comer carne está asociado con una amplia gama de enfermedades, incluidas las enfermedades cardíacas.
Conclusión
Si bien tanto la industria de la carne como la de los lácteos causan un daño significativo a los animales, al medio ambiente y a la salud humana, la producción de queso encarna una mezcla única de crueldad prolongada, degradación ambiental y riesgos para la salud. Uno podría argumentar que el ciclo repetitivo de crueldad infligido a los animales atrapados en la industria láctea es peor que el de los animales criados para la carne.
Pero toda explotación animal es inmoral e innecesaria. ¿La verdadera respuesta a la pregunta de cuál es peor? Podría ser, ¿importa? Las diferencias en cuán malas son las diferentes industrias de cría de animales son irrelevantes cuando todas son terribles para los animales, los humanos y el planeta en el que vivimos. ¿Por qué deberíamos seguir apoyando alguna de ellas?
Afortunadamente para nosotras, optar por productos de origen vegetal y elegir leches y quesos vegetales nunca ha sido más fácil ni más delicioso. Y GenV está aquí para apoyar a cualquiera que desee hacer un cambio positivo y marcar una diferencia en el mundo.
