¿Cómo afecta el desperdicio de alimentos al cambio climático?

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Alrededor de un tercio de todos los alimentos que producimos a nivel mundial se desperdicia y, en América Latina, esta estadística se sitúa en el 15 por ciento. Se trata de una realidad alarmante, si se tiene en cuenta que más de 47 millones de los habitantes de la región viven día a día con hambre.

El desperdicio de alimentos se produce en todas las fases de la cadena de producción. Gran parte va a parar a los basureros incluso antes de llegar a las góndolas de los supermercados, y una cantidad aún mayor se desperdicia en los hogares, donde los consumidores compran los alimentos y los tiran antes de consumirlos. Pero hay un aspecto del despilfarro de alimentos que no vemos y que a menudo se ignora. Se trata de la producción increíblemente ineficiente de productos animales, en la que se alimenta a los animales de granja con mucha más comida de la que generan. De hecho, se desperdician tantos cultivos al alimentar a los animales que se necesita el 83% de nuestras tierras de cultivo para hacerlo. Pero la carne, la leche y los huevos producidos representan sólo el 18% de nuestras calorías. Esto no sólo requiere cantidades desproporcionadas de tierra, energía y agua, sino que destruye el planeta en el proceso.

En cualquier sistema alimentario, una pequeña cantidad de residuos es inevitable, pero la situación actual es insostenible, poco ética y totalmente corregible.

¿Cómo afecta el desperdicio de alimentos al cambio climático?

La reducción de los residuos es un factor clave en la lucha contra el deterioro del clima. El cultivo, el procesamiento y el transporte de los alimentos producen emisiones perjudiciales para el clima, así que cuando desperdiciamos estos alimentos, estamos duplicando su impacto climático, ya que hay que producir más alimentos para reemplazarlos.

Una vez más, el principal factor es la agricultura animal y el proceso derrochador y poco ético de explotar y matar animales por su carne, leche y huevos. La agricultura animal ya ocupa un tercio de la superficie habitable del mundo y, sin embargo, se requiere más y más tierra, quitándosela a la naturaleza. Se talan bosques y se destruyen otros hábitats importantes, lo que es catastrófico para el medio ambiente en muchos sentidos. Todo este sistema es tremendamente ineficiente y fomenta el derroche en todos los niveles. Sin embargo, cuando comemos alimentos vegetales, se necesita una pequeña fracción de esa tierra y se produce sólo una fracción de esos residuos.

Residuos alimentarios en los basureros

La desgarradora realidad es que uno de cada cuatro seres sintientes criados y obligados a sufrir en la industria agrícola, acaba en el basurero.

Esto puede deberse a que mueren prematuramente por enfermedades o infecciones causadas por las horribles condiciones en las que viven.

O su carne puede ser desaprobada antes de llegar a los consumidores, o puede llegar a las estanterías de los supermercados sólo para ser tirada una vez que se ha echado a perder. Por si esto no fuera lo suficientemente impactante, se cultivan más alimentos para alimentar a los animales que acaban en los basureros, que los que se cultivan para alimentar a todos los seres humanos del planeta. Se trata de un desperdicio a una escala inimaginable.

Aunque los productos de origen animal son los que más se desperdician por lejos, los productos vegetales también se desaprovechan. Sólo el cinco por ciento de los residuos de frutas y verduras se compostan en Estados Unidos, lo que significa que el resto acaba en el basurero, descomponiéndose y sumándose a las inmensas cantidades de metano perjudicial para el clima que produce la industria ganadera.

Residuos de alimentos y gases de efecto invernadero

Producir, transportar y dejar que los alimentos se pudran contribuye al 8-10% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI). Esto significa que si el desperdicio de alimentos fuera un país, tendría la tercera mayor huella de carbono del planeta, después de China y Estados Unidos. El metano, perjudicial para el clima, es el principal gas emitido por los basureros, y los residuos alimentarios son un componente enorme. Según un informe de la organización británica WRAP, si ningún alimento entrara en los vertederos del Reino Unido, el ahorro de emisiones tendría el mismo efecto que retirar el 20% de los coches del Reino Unido de la carretera.

El desperdicio de alimentos también es responsable de las emisiones de GEI a través de las pérdidas de energía. Cuando se tiran alimentos, también se desperdicia la energía necesaria para producirlos, transportarlos y prepararlos. La producción de esta energía desperdiciada libera carbono a la atmósfera innecesariamente.

¿Qué porcentaje del cambio climático se debe al desperdicio de alimentos?

Se calcula que el seis por ciento de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero se deben al desperdicio de alimentos, pero esto sólo representa los alimentos desperdiciados en las cadenas de suministro y por los consumidores. No se tienen en cuenta las enormes cantidades de desperdicio causadas por la alimentación de miles de millones de animales de granja en lugar de las personas.

¿Dé dónde procede el desperdicio de alimentos?

Los alimentos se desperdician en cada etapa de la cadena de producción: en las granjas y los barcos de pesca, durante el procesamiento y el envasado, en los restaurantes, en las tiendas de comestibles y en nuestros hogares.

El desperdicio de alimentos en los hogares representa todos los alimentos comprados por los consumidores, que luego se tiran a la basura porque han perecido o no se comen. En México se desperdician 20.4 millones de toneladas de alimentos cada año, un promedio de casi 158 kilos por persona. Todos podemos poner nuestro granito de arena para reducir este desperdicio comprando sólo lo que necesitamos, congelando los productos perecederos y siendo creativos con nuestras sobras. El desperdicio industrial de alimentos es el que se produce durante el cultivo, la producción, la transformación y el transporte. Por ejemplo, las estrictas normas de las tiendas de comestibles hacen que grandes cantidades de fruta y verdura con un aspecto «imperfecto» vayan directamente al basurero antes de llegar a los comercios.

No obstante, la realidad más chocante es que la producción de carne y productos lácteos conlleva una cantidad espeluznante de residuos, que nunca se menciona en los debates. La ganadería ocupa el 83% de la superficie agrícola del planeta, pero sólo proporciona el 18% de la ingesta calórica de la población humana. Esto se debe en gran medida a que la mayoría de los cultivos de nuestro planeta se destinan a alimentar a los animales de granja, que comen cinco veces más comida que la población mundial junta. Como resultado, el volumen de alimentos para los animales es siempre mayor que el alimento que los humanos obtienen de comer animales. Esto es injusto y un desperdicio.

Las investigaciones muestran que la cantidad de tierra necesaria para producir 100 gramos de proteína vegetal, sólo produciría cuatro gramos de proteína vacuna. Esto significa que si Estados Unidos cambiara a un sistema de cultivo basado en plantas, podría producir suficiente comida para alimentar a 350 millones de personas más, lo que superaría fácilmente la cantidad de alimentos que se pierden actualmente en nuestras cadenas de suministro.

En otras palabras, con los recursos que existen, se podría alimentar fácilmente a todos los habitantes del planeta con una dieta nutricionalmente equilibrada y, al mismo tiempo, luchar contra el deterioro del clima, reducir drásticamente el desperdicio de alimentos y salvar la vida de miles de millones de animales al año. Pero decidimos no hacerlo, en nombre de los beneficios de la ganadería y de un apetito insostenible por los productos cárnicos.

¿Qué alimentos tienen la mayor huella?

Las frutas y verduras son los alimentos que más se desperdician por su volumen, y las emisiones directas producidas por su descomposición en los basurales son un gran problema. Sin embargo, esto no significa que tengan el mayor impacto.

Los productos de origen animal dejan una huella mucho mayor en su producción, incluso mayor que la mayoría de los productos de origen vegetal, por lo que producirlos y desperdiciarlos es mucho más perjudicial para el planeta en general. Un mejor enfoque sería evitar por completo los productos animales y eliminar los impactos insostenibles, insalubres y poco éticos que tienen sobre los seres humanos, los animales y el planeta.

El siguiente gráfico muestra las emisiones de los alimentos por producto:

Esto nos muestra lo malos que son para el planeta la carne, la leche y los huevos de los animales. Incluso si compras productos animales y no los desperdicias tú mismo, ya has contribuido a generar más emisiones y residuos que si hubieras comprado y desperdiciado cualquier producto de origen vegetal.

Cómo puede ayudar al clima reducir el desperdicio de alimentos

En los hogares del mundo, en promedio, se desperdician cada año alrededor de 74 kilogramos de alimentos per cápita, la mayoría de los cuales acaban en los basureros, produciendo metano, que es perjudicial para el clima. Reducir el desperdicio de alimentos en los hogares puede reducir estas emisiones y ayudar a combatir el deterioro del clima.

Reducir nuestro consumo de productos animales a cero tendría un impacto enormemente positivo para el clima y reduciría el desperdicio en todo el sistema alimentario.

Cómo luchar contra el colapso climático evitando el desperdicio de alimentos

Hay muchas maneras de hacer esfuerzos individuales para reducir el desperdicio de alimentos y luchar contra el colapso climático.

Hazte vegane

Las investigaciones demuestran que el veganismo es la forma más eficaz de reducir nuestro impacto individual en el planeta. Al hacerlo, también se reduce el desperdicio de alimentos causado por la agricultura animal y se detiene la pérdida innecesaria de vida animal, que no sólo es mala para el planeta, sino también poco ética.

Sé creativo con las sobras

Las sobras a veces pueden parecer poco apetitosas, pero ser creativo con ellas puede crear un plato fresco y emocionante para que lo disfrutes. Mira estos 10 consejos para utilizar las sobras de forma creativa.

Mezclar, hornear o hervir

La mayoría no se da cuenta de lo fácil que es conservar las frutas y verduras con sólo cambiar su estado. Por ejemplo, prueba hervir la fruta que se acerca a su fecha de caducidad y hacer una deliciosa y saludable cobertura para el postre o una jalea. ¿Por qué no intentas hacer tu propio caldo de verduras con las sobras que no puedas consumir a tiempo?

Hay innumerables formas de reducir el desperdicio de alimentos siendo un poco creativos con nuestros métodos.

Compra sólo lo que necesites

Las vidas ajetreadas y las familias numerosas pueden hacer que esto sea un reto, pero si todos compráramos y utilizáramos sólo lo que necesitamos, esto tendría un impacto muy significativo en el planeta. La planificación adecuada de las comidas y las listas de las compras pueden ayudarnos a conseguirlo.

Utiliza tu congelador

El congelador es tu amigo cuando se trata de no desperdiciar, ya que muchos alimentos perecederos pueden ser congelados. El congelamiento de frutas y verduras frescas encierra nutrientes que permanecerán presentes hasta un año en el freezer, así que no hay nada que perder si se congelan alimentos que de otro modo se desperdiciarían. Nuestro favorito es congelar plátanos, especialmente cuando están demasiado maduros, y cuando te apetece un antojo saludable, mezclarlos con un poco de tu leche vegetal favorita para hacer una deliciosa crema de plátano.

Conclusión

Los niveles actuales de desperdicio de alimentos no sólo son una injusticia para quienes pasan hambre, sino que también contribuyen en gran medida al colapso climático. Hay problemas a lo largo de toda la cadena de suministro del sistema alimentario y las soluciones a algunos de ellos son complejas, pero una certeza es que la producción de carne, leche y huevos de animales es muy ineficiente y dilapidadora, y para luchar eficazmente contra el colapso del clima, debemos hacer un cambio de alimentación.

Un sistema alimentario basado en alimentos de origen vegetal sería mucho más eficiente desde el punto de vista de la tierra y sería capaz de producir más alimentos con menos recursos, compensando fácilmente nuestros niveles actuales de desperdicio de alimentos. Ya es hora de que dejemos de explotar a los animales por su carne, su leche y sus huevos, y adoptemos un futuro sin basura, en el que trabajemos para proteger el clima de nuestro planeta en lugar de destruirlo. 

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