El Veganismo Es Empoderante

Cada ser humano tiene el poder de hacer que el mundo sea un poco más pacífico, y las personas mayores no son la excepción. Si bien a veces la sociedad los olvida o los considera débiles y enfermos, de hecho, su sabiduría es tan necesaria para el desarrollo moral de la sociedad como el entusiasmo de los jóvenes. Los dos pueden trabajar juntos.

Por eso, para el Día Mundial del Veganismo de este año, hemos combinado sabiduría y entusiasmo. Los activistas veganos húngaros prepararon 330 porciones de comidas frescas y nutritivas a base de plantas para dos hogares, incluido todo el personal que trabaja incansablemente para garantizar que la vida de los residentes siga siendo satisfactoria.

ACCIÓN EMPODERANTE

En honor a las personas mayores, preparamos un plato popular húngaro, el paprikás krumpli, pero en lugar de la versión de origen animal habitual, utilizamos una salchicha a base de guisantes para acompañar las patatas y un condimento perfecto para mezclar los sabores tradicionales con nuevas alternativas éticas, las cuales no implican ningún sufrimiento animal.

Es un sentimiento alentador volver a ayudar y hacerlo sin dañar a nadie: protegemos el medio ambiente tanto como podemos, no lastimamos a ningún animal, proporcionamos comida vegana saludable para que estas personas puedan disfrutar de la vida durante muchos años por venir, y nos sentimos empoderados y realizados al hacer una buena acción.

COMIDA + EDUCACIÓN

También proporcionamos folletos educativos sobre MDV a los residentes, el personal y sus familiares para aprender más sobre la filosofía vegana, las dietas basadas en plantas y las enfermedades zoonóticas como COVID-19, causadas por los hábitos y creencias humanos actuales.

Raul Vida, el coordinador de las distribuciones de alimentos de MDV en Hungría, resume felizmente su experiencia con este tipo de eventos:

«Cada una de nuestras distribuciones de alimentos es un milagro. Conocer gente nueva con historias diferentes, mostrarles alternativas éticas y compartir el veganismo con ellos es una de las mejores formas de hacer una gran diferencia en el mundo».

«Nuestra cuarta distribución de alimentos nos llevó a dos hogares de ancianos donde los comentarios que recibimos nos conmovieron mucho, pero especialmente a la tía Elizabeth, una amable señora de unos 80 años, que entre lágrimas nos agradeció por cuidar de los residentes mayores. No pudimos ver cada uno de los rostros debido a los tapabocas, pero sus ojos irradiaban una alegría que iluminaba mi corazón. Nos tiraban besos desde lejos y regresaban a nosotros varias veces para agradecernos nuevamente por nuestro apoyo. Le prometimos que la volveríamos a ver y haríamos nuestro lo mejor no solo para los residentes sino para todas las especies humanas y animales del planeta. Porque la vida es mucho mejor cuando somos amables con los demás».

Para conocer más, visitar Prove.hu

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