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Te presentamos a líderes comunitarios, académicos, abogados, activistas y residentes locales que se están uniendo para poner fin a las prácticas poco éticas y ambientalmente tóxicas de la industria porcina en Yucatán.
La cría de cerdos necesita muchos recursos y personas oprimidas, de lo contrario no hay forma, no hay negocio.
En ninguna de las más de 500 fábricas de cerdos se ha consultado a la comunidad… Fueron a pedir información y los engañaron.
No es justo talar un árbol para instalar una granja de cerdos. Los árboles nos dan más vida. La tierra nos da más vida y el agua nos da más vida que muchos miles de cerdos al año.
Estamos siendo perseguidos políticamente, legalmente y socialmente, ¿verdad? El gobierno, de la mano con la empresa, está tratando de que renunciemos a nuestra lucha y simplemente nos convirtamos en sus trabajadores.
No puedo pedir a las autoridades que nos ayuden porque son ellas las que causaron esto. La gente aquí ya vive con miedo.
Llegaron aproximadamente 100 policías antimotines, golpearon a los compañeros, hubo tortura, y a algunas compañeras les arrancaron las uñas por intentar documentar lo que sucedió.
Están saqueando el suelo, están saqueando el agua, unas pocas personas se están enriqueciendo y esto está impactando a todos nosotros que vivimos aquí.
Los gobernantes y los partidos políticos no apoyan al pueblo. Apoyan a los empresarios. Y tenemos que alzar nuestras voces porque tenemos derechos.
Quieren meternos en la cárcel por cinco años. Pero estoy aquí, y les estoy haciendo frente y les estoy enfrentando de manera directa.
Nunca pensamos que el gobierno nos haría daño; pensábamos que el gobierno nos apoyaría.
Vamos a enfermarnos, y tendremos diarrea y gastritis. Ya no podemos respirar porque apesta. Cuando oscurece, apesta. Y cuando amanece, apesta.
He hecho toda mi vida aquí; tengo a mi esposa e hijos y tengo miedo. No puedes salir a la calle porque no sabes cuándo podrías ser detenido. No sabes cuándo podría venir la policía y llevarte.
Unos días antes de que comenzara la granja, solíamos beber agua normal, profunda y saludable en mi rancho. No nos enfermaba ni nos hacía daño. Luego empecé a consumir esta agua y me dieron calambres, me dio diarrea, y me di cuenta de que era el agua que estaba contaminada.
De repente, los escuchamos gritar y dijeron: ‘Aquí vienen los policías.’ Golpearon a todos. No hubo excepción, tanto mujeres como hombres. Vinieron a hacer destrozos. Salimos de allí y después de irnos teníamos miedo. Nos sentimos impotentes.
No estamos aquí por el dinero. Estamos aquí por el aire y el agua que respiramos. Eso es todo lo que puedo decirte.
La verdad es que es duro que vengan a golpear a las mujeres por defender el agua.
Kekén es el conglomerado más peligroso que está dañando millones de animales, destruyendo nuestra biodiversidad y desplazando a las comunidades mayas en México. Es una mafia y forma parte del crimen organizado en México.
Ha habido muchos accidentes. En una ocasión dos personas cayeron en la laguna, una murió y la otra quería morir porque era más caro mantenerse con vida debido a toda el agua que tragó y las infecciones en la piel que tuvo por esta contaminación.